Un día después de la presentación de Luis Enrique como entrenador del primer equipo del F.C. Barcelona se suceden los acontecimientos en el Barça: se presenta a Ter Stegen y Zubizarreta se reúne con Deulofeu un año después de mandarle a la Premier en busca de minutos. Son, en cualquier caso cartas marcadas, ya se sabía desde hace un tiempo que los dos contarían para la temporada que viene si se postergaba la suspensión para fichajes.
Los cartas realmente importantes están todavía boca abajo. Luis Enrique fue enigmático respecto al jugador que ha marcado un estilo de juego en los últimos 10 años en Barcelona: Xavi. Tiene una reunión pendiente con él, es el único jugador con esa cita, sin que, hasta el momento, se haya especificado el orden del día.
Xavi ha sido durante este año un síntoma de la decadencia del Barça. Lejos de su mejor nivel ha contado con la confianza de Martino hasta los dos últimos partidos de Liga en los que el argentino recuperó sus principios y confió la dirección al centrocampistas más adecuado para su concepción de juego: Cesc, más vertical y llegador que Xavi y cuyo futuro en el Barça sobrevolará sobre esa reunión.
El momento de analizar con Xavi su rol en el equipo, que necesariamente debe cambiar, parecía este: justo después del Mundial, pero visto su rendimiento este año quizás se debería haber adelantado unos meses. Martino no se atrevió, esperemos que Luis Enrique no se eche atrás.
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