La Copa Confederaciones por fin ha terminado y lo más interesante ha pasado fuera de los estadios, con esas protestas en un país que "va bien" y en las que los ciudadanos piden menos impunidad para los políticos y más gasto social. Recalco lo de que "va bien" porque en este país llamado España en época de bonanza económica no se movía ni Dios, ahora nos rasgamos las vestiduras. Y es que la crítica no es una de nuestras virtudes nacionales. Como ejemplo tampoco hay que acudir a temas transcendentales, por esos por los que los "despreocupados" brasileños salen a la calle. Se puede recurrir al fútbol, ese entretenimiento.
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| Foto de Público.es |
En España la crítica desde la victoria no existe y la crítica contra los que alguna vez han sido triunfadores está absolutamente prohibida.
Un entrenador, como ocurrió en las semifinales, puede tomar decisiones injustificables, diría que locas, pero como se pasa a la final da lo mismo, se tilda de genialidad a falta de otro adjetivo y se ríe la gracia y se pasa a menospreciar al siguiente rival, en este caso Brasil. Parece que no aprendimos de la masterclass francesa del Mundial 2006 con "el viejo Zidane" de principal ponente. Ayer Brasil nos dio una nueva oportunidad de aprender la lección.
Y en la final se pierde un partido sin competir en ningún momento y entonces la frase recurrente es "No se puede dudar de este equipo que nos ha dado tantas alegrías". Frase que está en el ámbito de la religión y la fe pero nunca en el del periodismo deportivo y la razón.
Y a todo esto llegará el Mundial de Brasil y nada habrá cambiado porque seguirá la (auto)complacencia y el somos los mejores del Mundo y se dejarán los análisis para cuando la derrota sea no un desastre como esta, en definitiva por la competición en la que ha ocurrido menor, sino una debacle total y absoluta. Entonces dolerá mucho más, cuando se den cuenta de que el Rey está desnudo.
Deportivamente no repetiremos nuestras reflexiones sobre los mediocentros y porteros de ese primer y único día feliz que fue el partido contra Uruguay, si acaso diremos que el Capitán sigue melancólico recuperándose aún de malos tragos pasados en su club, veremos si puede recuperar la sonrisa la temporada que viene o su estado catatónico es definitivo. Tampoco hablaremos sobre flores o Bosques del partido contra Italia porque esta vez no fueron suficientes, solo con suerte no vale.
El desastre de ayer en cualquier caso fue general, no se debe personalizar en nadie porque nadie dio su mejor nivel, ni siquiera uno bueno. Puede que aún haciendo un partido correcto se hubiera perdido. La "Furia" ganó al "Jogo Bonito" y esta vez tampoco estuvimos en el lado correcto. La actitud de los brasileños fue admirable. Ese canto del himno a capela, con todo Maracaná unido en una sola voz fue uno de los previos más escalofriantes de cualquier partido que yo haya visto.
Sin embargo se debe prestar atención a una serie de cuestiones ocurridas en el terreno de juego. La primera empezando por la defensa y dejando aparte el tema Arbeloa, demasiado evidente, es que Sergio Ramos tiene una absoluta necesidad de ser considerado por sus compañeros, los rivales y el mundo en general un caudillo, el líder que viene de España. Está en su derecho y no está lejos de conseguirlo, pero para ello no es necesario sobreactuar y tirar un penalty que no le correspondía, en cualquier caso la culpa no es suya sino de quién lo permite. No creo que sea el primer tirador y por la tanda de penaltys contra Italia creo que tampoco es el segundo. Aun así se impuso la improvisación, lo que está bien en los amistosos pero no cuando tienes la oportunidad de meterte en el partido. Esperemos que se serene, todos se lo agradecerán.
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| Pienso tanto en defender que se me olvida atacar |
En la media se confirmó que Xavi (y puede que Busquets) debería haber renunciado a esta Copa Confederaciones para recuperarse de sus dolencias, como muy bien ha hecho Xabi Alonso. En los partidos en los que había que responder Xavi no lo ha hecho, como lleva haciendo desde Enero pasado en su club porque su estado físico no es el apropiado. Solo quedó Iniesta, el jugador franquicia de esta selección , para el que todos deberían jugar y que ayer se vio en la penosa obligación de bajar a pedir balones a su defensa porque nadie le daba uno en condiciones un poco más adelante donde es siempre decisivo por su desborde y pase. Por lo demás Cazorla quedó en blanco en partidos de verdad y a Javi Martínez solo se le consideró una opción de la forma más inesperada. Beñat se quedó en su casa. Thiago quedó relegado a los sub'21. Quizás era el momento de empezar a preparar un relevo que es muy cercano. En cualquier caso hasta que ese relevo se produzca, por el bien de su equipo y su selección, y como máximo ideólogo y ejecutor de un determinado estilo de juego, Xavi Hernández debería pensar en cuando empezó a dejar de considerar la posesión del balón como una forma de atacar y empezó a considerarla como una forma de defenderse, puede que en esa vuelta a los orígenes, más punzantes y dinámicos, radique la solución a muchos problemas de los equipos en los que juega.
Y la delantera ha sido un dolor de muelas constante. Lesionados Cesc y Soldado, que parecían los destinados a los puestos más adelantados, el baile ha sido constante y estéril. El único fijo ha sido Pedro desafortunado de cara al gol pero necesario porque es el único que no pide el balón al pie, se mueve, da opciones a sus centrocampistas y presiona como cualquier medio. Mata, fuera de su sitio, y Silva han resultado intrascendentes y el segundo maltratado, tuvo 60 minutos y nada más, sabiendo Del Bosque mejora que nadie desde el Mundial de Sudáfrica que o es un jugador titularísimo y a salvo de toda desconfianza o no rinde y por tanto es mejor ahorrarse su presencia. Y lo del delantero centro. Nuestro intachable seleccionador puede contar con al menos seis jugadores que están capacitados para marcar 20 goles o más en la Liga. Aún así no lo considera suficiente para utilizarlos, nadie asegura la titularidad de Torres, Soldado, Villa, Negredo, Llorente o Michu, muchas veces prefiere a Cesc o Silva como falso nueve. Entre esos seis ninguno se puede considerar inferior a Fred, el delantero de Brasil. Supongo que, después del boquete que produjo ayer entre nuestra defensa, Del Bosque habrá descubierto el valor de un buen delantero centro y otorgue su confianza definitivamente a alguno de ellos y no tenga que recurrir nunca más a experimentos. Puede que incluso se acabe ese fútbol plano del que hace gala la selección salvo ciertos momentos porque el estilo también se condiciona desde la alineación y una alineación sin delanteros...
Una última mención para Villa, puede que en su últimos partidos con la Selección, por lo menos a mí me pareció una actuación totalmente crepuscular. Creo que sacarlo perdiendo 3-0 contra Brasil, en Maracaná y en medio de un baño futbolístico ha sido una falta de respeto al mejor delantero español de los últimos años. No se lo merecía y más después de haber padecido lo mismo en su club ante el Bayern. Una pena y la personalización de una mala despedida de la competición por parte de la Selección Española.
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| Una mala despedida |
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