Desde hace demasiadas temporadas el Barça anda enredado con el centro de su defensa sin darle una solución. Al principio de este mercado de verano se anunció que se incorporarían dos jugadores para cubrir esta posición lo que significa que o no se confía totalmente en Bartra o que Mascherano será promocionado por Luis Enrique a su puesto original, y el que mejor domina como se ha visto en el Mundial, que es el de mediocentro. Prefiero la segunda opción.
Iniciada la temporada, sin embargo, el marcador sigue a cero y las perspectivas no son muy motivadoras ni esperanzadoras. En la temporada en la que Tito Vilanova era el entrenador se optó por Thiago Silva o nada. Salió nada porque prefirió el PSG, en la anterior con Martino se tanteó a Marquinhos que también acabó en París además despreciando al Barça con sus declaraciones y en esta en la que parecía que el objetivo era David Luiz la historia se ha vuelto a repetir.
Ahora saltándose todo los centrales que tienen una calidad intermedia entre Thiago Silva y el elegido, todos los esfuerzos se centran en incorporar a Jérémy Mathieu, incluso gente tan evidente como Hummels. No es una idea descabellada del hombre que pronunció la frase "Song puede jugar de central". Es una idea normal en la escala de ocurrencias que maneja la dirección deportiva con Zubi al mando. Parece que improvisada además porque sería el tercer lateral izquierdo de la plantilla tras Alba y Adriano. Mathieu es un lateral izquierdo que puede jugar de central, con un puñado corto de partidos de experiencia en el eje de la zaga, y que, como Mascherano, puede resultar un buen recurso en momentos de necesidad pero no una apuesta permanente para el puesto. Nadie recordará un partidazo suyo contra el Barça en esa posición pero si se recuerdan varios en la época de Emery en Valencia en los que puso en serios aprietos a su defensa como extremo izquierdo con Jordi Alba por detrás. El Valencia además exige los 20 millones que cuesta la rescisión de su contrato.
Es decir que estamos ante la situación conocida ninguna intención de invertir en un central tan necesario como el comer, la improvisación como estilo de vida y los parches para atenuar el dolor en defensa. La pregunta central es ¿Para que demonios está trabajando Zubi todo el año?
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