domingo, 13 de julio de 2014

LUIS SUÁREZ: LEGITIMIDAD, REDENCIÓN E IDENTIDAD.

Desde que Laporta pusiera en marcha su círculo virtuoso con el fichaje de Ronaldinho todos sus sucesores han intentado volver a reiniciar al equipo después de cada crisis con un fichaje estrella. Incluso Laporta lo intentó con Henry en su momento. Rosell encontró su momento de gloria con el fichaje de Neymar que fue también la losa de su tumba como presidente del Barça. Bartomeu, presidente por accidente, ha recurrido a Luis Suárez. 
Una vez más, como el año pasado con el fichaje del brasileño, se compra la guinda antes de conformar un buen pastel.  El verano pasado se obvió la necesidad de reforzar el centro de la defensa y la conveniencia de ir preparando el relevo de Valdés en la portería y se pagó. Este año se ha "solucionado" la incógnita del guardamenta, ya veremos si juega Ter Stegen, la apuesta de Zubi, o Bravo, la de Luis Enrique a la vez que se abre la del centro del campo con la duda de Xavi, la marcha de Cesc y el nivel real de Rakitic. Pero el tema del central sigue parado y eso que se van a fichar a dos según se dijo. Y en cualquier caso no se ha mirado a la cantera que triunfó en la pasada temporada más allá de recuperar a los hijos pródigos Rafinha y Deulofeu cuyo papel será, sobre todo para el segundo de ellos, demasiado secundario. 
Volviendo a Suárez se ha fichado a un jugador de calidad con varios peros deportivos y extradeportivos. Cuando aún no se ha resuelto con acierto la convivencia en el campo de Messi y Neymar, hasta tal punto que parecen dos extraños que se cruzan por casualidad en el campo con la misma camiseta con contados momentos de interacción, se sube la apuesta con un jugador de las mismas características que los anteriores. Juega a su aire, es difícil de encorsetarlo en una zona concreta del campo y rinde más cuando entra por el centro. Como se ha visto en este Mundial el principal problema del rendimiento en el Barça de Neymar es su posición y la libertad que requiere que es exactamente, en los dos casos, las mismas que el mejor jugador del mundo y que Suárez. Difícil problema para Luis Enrique dirán unos. Bendito problema para Luis Enrique dirán otros. Esperemos que no se tarde toda la temporada en solucionarlo.
Extradeportivamente todos conocen la penosa actitud de Luis Suárez en el Mundial mordiendo a Chiellini, algo en lo que es multireincidente. Pasó, ha pasado y pasará. Mucho trabajo tendrá el psicólogo integrado en el cuerpo técnico por Luis Enrique. Más si cabe porque es difícil que Suárez perciba que ha vuelto a hacer algo mal cuando hasta el presidente de Uruguay le apoya con ningún o un mínimo reproche a su actuación. Bartomeu considera que tiene voluntad de corregirse. Veremos si es suficiente para desactivar una bomba de relojería ambulante.
En definitiva  otro año el lujo se impone a la razón en el Barça con un fichaje el que además confluyen demasiadas necesidades: Un presidente en busca de legitimidad, un jugador en busca de redención y un equipo en busca de una nueva identidad. Por lo menos se asegura que esta vez solo hay un contrato, es un comienzo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario