Una vez más Tito Vilanova se retira a sus cuarteles para luchar contra el maldito cáncer en la glándula parótida que le lleva martirizando desde noviembre de 2011 cuando todavía era el segundo entrenador del F.C. Barcelona. Esta vez será su única ocupación y esperemos que triunfe de manera total. Su sueño, por ahora, ha tocado a su fin y no seguirá entrenando al equipo de su vida.
Sería bonito que tuviera un segunda oportunidad totalmente recuperado, en la que pudiera demostrar su auténtica valía después de una única temporada triunfal, igualando el récord de puntos en la Liga que conquistó casi a mitad de campaña, pero demasiado accidentada, con demasiadas circunstancias excepcionales y en la que a consecuencia de estas realmente se vivió de las rentas de la época anterior, la liderada por Guardiola, sin poder desarrollar completamente un estilo propio.
Ahora toca buscar sustituto a Guardiola por segunda vez en un año. En la primera ocasión se optó por el continuismo, una especie de cambio para que nada cambiara que ahora no podrá producirse porque ni Roura ni mucho menos Rubí son Tito ni están tan íntimamente relacionados con el mejor Barça de la Historia como para ser depositarios de su legado.
Con un mercado restringido por encontrarse la temporada a punto de iniciarse no será fácil encontrar a alguien adecuado para liderar el proyecto 2013/2014. Se habla de Valverde, Bielsa, Martino, Laudrup, Koeman y, sobre todo, Luis Enrique. Ninguno de ellos especialmente seductor para la afición. Sea el que sea lo que está claro es que, ahora si, una época ha terminado definitivamente.
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