Ya avisó Del Bosque que Casillas no era igual que los demás (Viva la aristocracia). Tener un estado de forma no comprobado al no jugar en su equipo no es un problema para que el portero más laureado de la Historia del fútbol español tenga su puesto asegurado en el once inicial del vigente campeón del Mundo, no sabemos si de forma vitalicia hasta que él mismo decida su retirada.
Don Vicente desde su banquillo-diván sigue empeñado en mantener el ánimo de su capitán, pero lo que ya era difícilmente justificable en la Copa Confederaciones se está convirtiendo en insostenible a día de hoy y en un mal ejemplo para el resto de sus compañeros en "la roja". Seguramente que Iker haya salvado muchos partidos e incluso haya salvado a la selección en la pasada escalada del odio Barcelona-Madrid que hacía imposible una convivencia respetuosa y en eso, y solamente en eso, se basa El Marqués para que sea el portero de la Selección en detrimento de Víctor Valdés. Hoy contra Chile, supongo que por su mala conciencia, Del Bosque ha anunciado que serán Víctor y once más en un mínimo desagravio por la injusticia que se está cometiendo, Valdés el que estuvo años sin ir a la selección mereciéndolo por su supuesta incompatibilidad con Casillas y la suplencia (¿No sería al revés?).
A partir de este momento las "vacas sagradas" del equipo se saben, en este año de Mundial, a salvo de cualquier contingencia (Salvo las lesiones, su única preocupación). Xavi, coautor intelectual de la paz, que pudiera ser relegado al banquillo por su peor forma por Cesc e Iniesta en el F.C. Barcelona o Sergio Ramos que, en un momento dado, puede ceder su sitio en el once del Real Madrid a Pepe y Varane tienen la certeza de que cuando suene el himno en Brasil ellos lo escucharán desde el césped.
El mérito presente ha pasado a mejor vida en la selección. Ahora lo que cuentan son los servicios prestados en el pasado. Y, ya se sabe, del pasado no se vive.
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