El 22 de diciembre de 2012 cambió la plácida vida de Iker Casillas en el Real Madrid. Hace justo un año. Ese día su entrenador Mourinho decidió ver arder el Real Madrid y sentar al capitán y emblema del club blanco en una decisión inexplicable porque la alternativa, Antonio Adán, era totalmente ficticia. En realidad esa alternativa no existía, ahora mismo el portero de Mejorada del Campo no ha debutado con el Cagliari, su actual equipo, después de estar casi media temporada sin contrato.
Luego el destino hizo el resto, la lesión provocada fortuitamente en Valencia (Donde juega hoy el Real Madrid, casualmente) por su compañero Arbeloa y el buen fichaje de Diego López, que ha consolidado la titularidad que le llegó con Mou, con el nuevo entrenador Ancelotti. Nada que objetar ante un portero de calidad.
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| Mourinho: Querer ver arder el mundo. |
Le queda a Casillas la titularidad de la portería de la Selección Española porque Del Bosque permanece entregado a Xavi y al madridista por los servicios prestados para resolver las heridas provocadas por la tormenta de clásicos, pero la situación parece insostenible por el estado de forma de Víctor Valdés y alguna decisión hay que tomar, en ambos casos en el del portero y en el del centrocampista.
Y mientras tanto Casillas hace méritos para volver a la (improbable esta temporada) titularidad en el Real Madrid en los intranscendentes, por ahora, partidos de Copa del Rey y en los más importantes de Champions con la espada de Damócles de demostrar en cada esporádica actuación que es el de siempre (o el de antes) o de dar carnaza a sus críticos.
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