jueves, 10 de abril de 2014

F.C. BARCELONA: INVOLUCIÓN IMPARABLE.

Y el Barça llegó hasta donde podía llegar. El año pasado después de una "heroica" remontada ante el decadente A.C Milan y después de sacar a Messi cojo para acongojar a un equipo alérgico a las grandes gesta como es el PSG, el Barça tuvo que soportar el martirio de Munich y el sonrojante baño de Barcelona. Era el peor de los cuatro semifinalistas y seguramente no mereció llegar a esa fase.
Ningún tramo de diez minutos de esa eliminatoria por parte del Bayern fue tan aplastante como los primeros diez minutos del Atlético de Madrid ayer. Parecía que los rojiblancos jugaban contra los muñecos que se utilizan en los entrenamientos para similar las barreras de los saques de falta.
La primera media hora al completo fue un recuerdo de la impotencia de las semifinales del año pasado. 
Y luego llegó la estabilización y los mismos errores y fallos que han condenado al Barça en Champions contra el Inter, contra el Chelsea y este año contra el Atleti. El mismo juego horizontal y sin mordiente ante rivales que acumulan jugadores en el área. Los mismos centros sin sentido para un equipo que juega sin delantero centro. La misma falta de sorpresa, de tiro de larga o media distancia. La misma vulnerabilidad a los contraataques. La misma falta de evolución en definitiva del modelo desde hace un lustro pero con peores jugadores.
Porque algunos han envejecido no sólo físicamente sino también mentalmente (Xavi o Álves), otros no están en su mejor version (Messi o Busquets) y otros, simplemente, no dan el nivel como es patente desde hace años (Mascherano o Alexis).
La única luz que se vio ayer fue la de Neymar. El brasileño hizo su mejor partido como barcelonista en su partido más difícil como barcelonista. Mucho debería reflexionar Messi sobre por qué y sobre todo sobre qué hizo Neymar para destacar en un partido en el que al argentino no sabemos si estuvo cuando más se le esperaba. Entre otras cosas buscar la espaldas a los defensas y no esperar solo el balón al pie únicamente. Messi hace mucho tiempo que dimitió de esas obligaciones.
Gerardo Martino, por otra parte, se ha confirmado como un simple gestor como llama mi amigo @univerzee a esta clase de entrenadores. No ha aportado nada en todo el año, ha sacado a las vacas sagradas en los partidos más importantes viniera a cuento o no y no anticipó la gran oleada rojiblanca, que ha ocurrido en todos los partidos de este año en la primera parte y ante la dificultad en el segundo tiempo, con la eliminatoria perdida, recurrió a lo único en que parece tener fe: vaciar el centro del campo y acumular delanteros a los que no les llega el balón con claridad. No funcionó contra el Valencia o contra el Valladolid, no podía funcionar contra el Atleti. 
Sustituir a machos alfa como Guardiola o Mourinho requiere de entrenadores que no se limiten simplemente a no ofender a jugadores o directivas. 
Y de esos en España solo queda uno: Diego Simeone. Este Atleti es su obra, un espejo en el campo de lo que él era como jugador, un equipo trabajador y aguerrido, honrado porque da lo que tiene, pero todo, el 100%. Podrá gustar más o menos su juego, desde luego no es mi preferido pero reconozco su maestría en hacer lo que quiere hacer, cosa que no logran sus dos rivales, con mucho mayor potencial, en la Liga. 
El convencimiento que muestra toda la plantilla para plasmar en el campo las ideas de su entrenador es total, incluso los jugadores del banquillo profundo como Adrián, y se ha sobrepuesto a las bajas de Arda o Costa, jugadores importantísimos que en otros equipos llevan a la debacle o cerca (Los ejemplos del Barça el año pasado o el Madrid el martes ante el Borussia están ahí)
Ayer en definitiva se enfrentaron dos modelos pero, sobre todo, dos tendencias. Un equipo, el Barça, que el año pasado obvió lo necesario de su renovación engañado por un título de Liga, sin posibilidad de evolución y que solo puede ir perdiendo más y más nivel. Otro equipo, el Atleti, en el que se han conjugado todos los elementos positivos en el mismo momento con una idea clarísima, es un equipo maduro. Ojo al Atleti.

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