Acude, una vez más, el F.C. Barcelona puntual a su cita con la Final Four de la Euroliga después de acabar con la resistencia del Galatasaray de Carlos Arroyo (La mayor parte de la eliminatoria sin Carlos Arroyo) por un contundente 3-0 sin el concurso de Navarro en los dos últimos partidos de la serie por lesión.
Es bueno que el equipo se vaya acostumbrando a jugar sin su mejor jugador porque en las próximas temporadas su concurso y su importancia va a ir menguando por el imparable transcurso del tiempo. Oleson (11, 14 y 13 puntos) se está confirmando como la mejor alternativa en la plantilla al mejor escolta español de la Historia y poco a poco va adquiriendo mayor confianza, Abrines y, sobre todo, Hezonja tienen que esperar para tomar el relevo. Hay que sumar piezas decisivas a los habituales Huertas y Tomic y mientras se espera al fichaje estrella Papanikolau bueno es el nacionalizado de Alaska.
Milan espera. El dúo Pascual-Creus (o viceversa) han cumplido una vez más y van cinco de seis desde el 2009, con la única excepción precisamente de Barcelona 2011, con su librillo, que no es demasiado espectacular pero si efectivo. Un librillo invariable en el que cada verano solo se intercambian piezas con las mismas características, virtudes y defectos. Y un librillo que tuvo un traspiés este verano cuando se pretendió fichar a Spanoulis y se tuvo que conformar con el mencionado Papanikolau. Se pretendía un relevo ordenado e inmediato en el liderazgo del equipo y se fichó a un proyecto a medio plazo de gran jugador sin ninguna garantía de que no se quede en el camino. A pesar de todo se luchará por el título más importante.
Ahora toca pasar el muro de las semifinales, aquel que solo se superó en el año 2010 cuando el Barça ganó su segundo y, hasta ahora, último título. Pascual ha sido el entrenador más joven en lograr la Euroliga esperemos que no se convierta en el que tardó más en repetir victoria.
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