José Mourinho llegó al club más laureado de Europa con la vitola de mejor entrenador del Mundo. Otros tienen un palmarés similar al suyo, pero no todos tienen su formidable capacidad de autopromoción. La cuestión es que, deportivamente, su paso por el
Real Madrid ha sido bastante discreto para un entrenador que solo puede presumir de lograr resultados, una Liga y una Copa del Rey, una cosecha que cualquier entrenador de primer nivel podría firmar con esa plantilla.
En el campo se le recordará por su récord de puntos y goles en la campaña en la que ganó la Liga y por montar un equipo que fue una breve apisonadora, nada de florituras, concentración, seriedad en defensa y con una eficacia goleadora tremenda en ataque, ninguna innovación. Una receta que llevan practicando en Italia desde hace décadas.
El verdadero legado de Mou está fuera del campo donde es, como reconoció Guardiola, "el puto amo". En mi opinión está más tiempo planificando sus ruedas de prensa para lanzar sus mensajes, con diversas variantes según los casos, que el que emplea en preparar el juego de ataque de su equipo. Ahora que parece claro que Ancelotti le sustituirá en el Real Madrid y que él, como algunos pensábamos en Navidad, se irá al Chelsea he aquí algunas pinceladas: