martes, 25 de marzo de 2014

F.C. BARCELONA: Y SIN EMBARGO PUEDE QUE NO SEA SUFICIENTE.

A la mitad del planeta fútbol le apetece decir "Este Muerto está muy vivo" después de que el F.C. Barcelona se impusiera al Real Madrid. La realidad es que pasado el enfrentamiento directo el equipo blanco tiene un punto de ventaja y depende de sí mismo y el Barça no.
La imagen de los culés ha salido refrescada. Iniesta redescubrió que en su pierna izquierda tiene un cañón y a partir de ahí los azulgranas jugaron con gran determinación, confianza y coraje. El manchego por segundo partido consecutivo marcó un golazo de zurda y demostró una vez más que es, después de Messi, el jugador más importante del F.C. Barcelona en una nueva demostración de fútbol por el carril izquierdo. 
Hablando de Messi el domingo quedó patente, una vez más, la diferencia entre el argentino y Cristiano. Puede que el portugués sea el segundo mejor goleador de su época pero cuando no hay goles no se puede decir nada positivo de su juego. Messi, lejos de su mejor versión aún, asiste, golea y colabora en la organización del juego y aparece con bastante puntualidad en los partidos de máxima importancia cuando su estado físico lo permite. Nadie diría que Hugo Sánchez fue mejor jugador que Maradona, en estos tiempos parece que nos hemos vuelto locos.
A todo esto, como decimos, el Barça sigue sin depender de sí mismo, puede haber ganado los dos partidos al Real Madrid y que este le gane la Liga por una maldita tarde de desidia en San Sebastián, Valencia o Valladolid (a elegir) más lamentable si cabe si se tiene en cuenta el coraje con el que jugaron en Chamartín. 
El Barça mostró un catálogo completo de sus virtudes y sus miserias. En el aspecto positivo juntó a sus mejores jugadores en torno a la pelota, recuperó el cambio de ritmo cerca del área y una olvidada capacidad para dar la vuelta a un partido que se le puso en contra dos veces. En lo negativo su capacidad defensiva es nula cuando se juega cerca de su área. Nunca me he alegrado de que un balón del Barça fuera al poste como el domingo, sin embargo, que el tiro de Alves encontrara ese destino simplemente no me importó: así no podría maquillar que, una vez más, fue el peor del Barça. Una autopista se abrió en la banda derecha para Di María sin que el brasileño pudiera hacer nada por evitarlo. Como el día del Manchester City cuando sufrió de lo lindo mientras que los celestes estuvieron con once. Tampoco le ayudó Mascherano que falló estrepitosamente en los dos goles de Benzema (El mejor del Real Madrid y una vez más sacrificado por los politiqueos de Ancelotti) y que física, táctica y técnicamente es incapaz de jugar con solvencia como central. Realmente las defensas de los dos equipos estuvieron lamentables. Y tres de los defensas indiscutibles en el once de la selección española forman parte de esas dos líneas, para la reflexión.
Reflexión que debe realizar Busquets, quizás además tutelado por el club, después de su lamentable agresión a Pepe, en otros tiempos burradas así conllevaban la salida del club de jugadores que podían ser considerados como genios. Hace años que esos valores están abolidos. La verdad es que se echan de menos. Alba, no es la primera vez que lo digo en su caso, y Cesc también deben ser llamados al orden.
En otros tiempos Cruyff se veía a sí mismo invicto, nunca se consideró responsable de una derrota, siempre eran los otros: Sus jugadores, el presidente o el entorno. El testigo del pecado de vanidad de un genio lo han cogido dos jugadores del Real Madrid: Cristiano y Ramos, nunca han perdido un partido contra el Barça, cuando han ganado ha sido únicamente por su buen juego, cuando han perdido siempre ha sido achacable al árbitro. De Cristiano ya he expresado mi opinión más arriba, sobre Ramos me gustaría decir que debería sustituir toda su verborrea justificatoria y, sobre todo, injusta en un silencio penitente porque su infantilismo en el campo no tiene límites.
El domingo asistimos a un buen espectáculo en el que el Barça trató de recobrar la chispa adecuada para encontrar una versión que se acercara a la de antaño, lo consiguió. La grandeza volvió parcialmente. Ahora ha de mantenerla y, sin embargo, puede que no sea suficiente.

P.D. Como llevo diciendo toda la temporada: Ojo al Atleti.

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