martes, 18 de marzo de 2014

REAL MADRID-BARÇA: OTRA VEZ EL DÍA D Y LA HORA H.

Otra vez llega el día D y la hora H en el interminable combate que libran el Real Madrid y el F.C. Barcelona.

En un rincón el Real Madrid. Ancelotti y sus politiqueos han conseguido poner al Real Madrid en cabeza de la Liga, en el camino ha sofocado la rebelión del soldado ejemplar, ha sacado partido del Síndrome de Kluivert de Benzema y su alineación impuesta, se ha sobrepuesto a su cagazo en un clásico raro que tuvo perdido y pudo ganar y ha logrado que promesa de galáctico tenga una temporada digna pero que no justifica su precio. De paso ha aniquilado tres años de secuestro del madridismo que, síndrome de Estocolmo mediante, llevó a justificar que, para ganar, había que jugar de una cierta manera rácana, en la que el juego de asociación estaba proscrito y Khedira era su profeta (algunas veces asistido por Essien) y en la que rayar la violencia era fundamental (Simeone lo aprendió bien). A pesar de eso el italiano pasará una semana un poco amarga si no sentencia a su máximo rival y hace que descarrile definitivamente de la lucha por el título y aumentará las dudas que genera sobre su competencia en los grandes partidos.

Hay una serie de equipos que en algún momento de su vida empiezan a jugar contra ellos mismos y su logros y en otro momento posterior contra sus aficionados atónitos por un rendimiento lejos del que se espera, un ejemplo es la selección española de baloncesto desde el Mundial de 2006 (Siempre espero el momento en el que Felipe Reyes dedica el título o la medalla a los que dudan porque han firmado un par de partidos infumables y varios regulares, porque en ese grupo estoy yo) y otro el F.C. Barcelona después de la derrota en Valladolid en el que parecían The Walking Dead, luego llegaron dos partidos correctos, sin tirar cohetes, y Alves se puso a bailar, lenguaje corporal dicen los modernos. 
En el otro rincón, por tanto, el F.C. Barcelona. En la temporada más difícil que se recuerda  en cuanto a ruido generado en los despachos en los que se ha vivido la noche más oscura con la dimisión de Rosell y se ha seguido hurgando en la propia herida generada por el fichaje (de cuantía indeterminada) de Neymar, el equipo no ha sostenido al club. Martino, the great pretender, fichado al dictado de la máxima estrella mundial no ha sabido contrarrestar los síntomas y el Barça no ha conseguido superar sus problemas actuales, desde el 2013 llevamos igual, ni encontrar soluciones más allá de las de siempre. Aunque no es culpa solo suya, por supuesto, a la directiva y los propios jugadores se añade la incompetencia del Director deportivo.  A pesar de eso Martino puede pasar una semana plácida si logra meterse de lleno en la disputa por el título, aunque sigan sin depender de ellos mismos.

Personalmente no tengo grandes esperanzas en un triunfo del F.C. Barcelona, más o menos las mismas esperanzas de que al Tata y a sus jugadores les llegue la reflexión que escribí hace ya unos días "..ahora empieza el momento donde se demuestra la verdadera jerarquía de un entrenador y que, en parte, no tiene que ver con ganar o perder sino en cómo se gana o se pierde..."

Ganar o perder nunca fue lo más importante, la grandeza con la que se hace sí. Recuperen esa grandeza, el resto viene detrás.





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