Empieza, una vez más, la fase decisiva de la temporada con los octavos de final de la Champions League y el Barça lo hace contra el peor rival que podía tocarle en el sorteo: El Manchester City.
El Tata Martino ha evitado cualquier clase de petardazo, copero o liguero, en los primeros seis meses de competición y tiene al equipo en disputa de las tres competiciones, lo mínimo a estas alturas. No todos pueden decir lo mismo en su primera temporada, que se lo digan a su rival en el banquillo: Manuel Pellegrini, al que el "alcorconazo" dejó sin defensa alguna ante la operación de acoso y derribo de la prensa "amiga" e hizo imposible su continuidad en el Real Madrid a pesar de hacer una temporada bastante aceptable para los mimbres con los que realmente contó ese año. Después de triunfar a lo grande en Málaga a Pellegrini se se ha presentado la segunda gran oportunidad de su carrera en Inglaterra.
El Manchester City, otro nuevo rico sin pedigrí, hace los fichajes que le parece cuando quiere y eso después de sustituir al mediocre Mancini por el criterio del chileno al final traerá sus frutos. Así se llevó de su rival en octavos a Yayá Toure. Sinceramente, cuando llegó del Mónaco, era para mí un gran desconocido y no despertó una excesiva ilusión, parecía otro más de los centrocampistas de origen africano que eran "imprescindibles" en cualquier equipo hace un lustro. Luego se reveló como un magnifico futbolista de un potencial inexplorado e ilimitado, que podía cubrir los puestos de mediocentro, interior y central con una solvencia extraordinaria y cuando salió del Barça por poco más de 20 millones de euros fue una malísima noticia. Sus sustitutos en el rol de mediocentro no han logrado borrar el recuerdo de Yayá. Ni el que fue su compañero Keita, al que le faltó su valentía y ambición para evolucionar hacia otros puestos en el campo, ni su sustituto Mascherano que no tenía su recorrido como centrocampista ni sus condiciones para jugar como central ni el sucedáneo que representa Song, y que como tal no aguanta ningún tipo de comparación, han podido llenar su hueco. Supongo que era difícil mantenerlo en el equipo cuando Busquets, Xavi e Iniesta estaban a su máximo nivel y era imposible desbancarlos.