MOURINHO: QUERER VER ARDER EL MUNDO

Alfred. Hace muchos años, yo estaba en Birmania. Mi amigo y yo trabajabamos para el gobierno local. Intentaban comprar la lealtad de los jefes tribales sobornándolos con piedras hermosas. Pero sus carabanas, eran asaltas en bosque al norte de Rangún por un bandido. Y fuimos a buscar las joyas. Pero en seis meses, no encontramos a nadie con quien él comerciara. Un día, vi a un niño jugando con un rubí tan grande como una naranja. El bandido solo las obsequiaba.

Bruce Wayne. ¿Y por que las robaba?

Alfred. Pues porque para él era solo un deporte. Porque hay hombres que no buscan nada lógico, como dinero. No puedes comprarlos, intimidarlos, convencerlos, ni negociar con ellos. Hay hombres que solo quieren ver arder el mundo.

(El Caballero Oscuro, 2008)

En una decisión inexplicable, como es la suplencia de Iker Casillas, Mourinho, el entrenador que no rota si no es absolutamente imprescindible o el partido totalmente intrascendente, plantea el (pen)último pulso al Real Madrid. Porque si hay un símbolo del Real Madrid que salga al campo todos los domingos desde la marcha de Raúl González ese es Casillas, la última estrella surgida de la fábrica de la Ciudad Deportiva. Es la última huida hacia el abismo del portugués, es querer ver arder el Real Madrid.

Es inexplicable porque ¿Alguien piensa realmente que Adán va a jugar a Old Trafford si Mourinho llega hasta febrero en el cargo? Sinceramente yo creo que no, que Casillas será titular en todos los partidos de Champions que le queden al Real Madrid. Algunos buscan paralelismos con el periodo en el que Del Bosque sentó a Casillas en detrimento de César, no tiene nada que ver. Ni Casillas era entonces quien es ahora ni fue una decisión puntual sino una elección mantenida en el tiempo entre dos porteros que, en ese momento, tenían un nivel similar. Adán se conformaría probablemente con alcanzar el nivel que César tuvo esa temporada, porque lo que es seguro es que, para él, alcanzar el nivel medio de Casillas en toda su trayectoria es imposible, no digamos sus puntos álgidos. Esta decisión es una vendetta como lo fue la suplencia de Sergio Ramos, sin ningún criterio técnico que lo avale, porque estos dos jugadores no se pliegan a la estrategia de la confrontación de Mourinho, critican sus planteamientos y le miran a los ojos de igual a igual por trayectoria y títulos y porque saben que los entrenadores pasan y ellos permanecen merecidamente en la Casa Blanca. 

Mourinho sabe que su tiempo en el Real Madrid ha terminado, el desgaste de tres años de confrontación interna y externa constante, a 16 (EDITADO: después de la derrota 3-2 en Málaga) puntos del FC Barcelona en la Liga, con un largo y siempre difícil camino en la Champions por recorrer (para abrir boca el Manchester United, nada menos) y una eliminatoria en contra en la Copa contra el Celta de Vigo (2-1 para los celestes) y, en cualquier caso, con el Barça siempre en el horizonte en las dos competiciones por eliminatorias hace su situación difícilmente sostenible y está buscando una salida de emergencia en la que, como siempre, pueda manipular los hechos y aparecer como una víctima, su papel preferido. Un hombre solo, incomprendido y honesto que solo quería lo mejor para su club aunque haga exactamente lo contrario, y aprovechando que en junio hay elecciones a la Presidencia del Real Madrid y Florentino tiene el deber de ofrecer algo a su afición lo que genera muchas dudas e impaciencia. 

Rafa Benítez, que solo estará en Londres hasta que acabe la temporada, dice que sabe lo que pasará en el Real Madrid a partir de junio, creo más bien que sabe lo que pasará en el Chelsea...